¿Tienes pequeños en casa y buscas ayudarlos con su alimentación?

newsletter Apr 10, 2024

Una de las razones principales por la cual muchos de nuestros pacientes vienen a consulta, es porque buscan recuperar su salud para poder tener una mejor calidad de vida con sus hijos o nietos. Al haber transformado un hábito y la salud ha mejorado, poder compartir el aprendizaje y ayudar al resto de la familia se hace una tarea mucho más fácil. Sin embargo, muchas veces cuando de niños hablamos, no se trata únicamente de predicar con el ejemplo, hay factores importantes que necesitamos tener en cuenta y entender de diferente manera, para que el cambio sea realmente integral, sostenible y duradero en los niños.

 

Así que si tienes hijos, nietos o sobrinos, este artículo definitivamente es para ti, para que conozcas más a fondo la situación que se vive a la hora de hablar de alimentación en niños.

 

Errores comunes relacionados con la alimentación en niños:

 

  1. Esperar que los niños coman absolutamente de todo: Es muy común escuchar la típica recomendación de que “los niños necesitan comer todos los grupos de alimentos”. Y, aunque tiene su lógica, es algo que en principio ni es aplicable a la vida real y ya es momento de que aceptemos que no todos los alimentos serán bien tolerados por absolutamente todas las personas. De ahí viene eso tan importante que nosotros llamamos “bio-individualidad”. 

 

Los niños no necesitan comer de todo, si dentro de lo que comen hay alimentos densos en nutrientes, alimentos que se encargan de construir (como las proteínas) y alimentos que ayudan a que el cuerpo no tenga inflamación, entre otros. Partiendo de este punto y si usamos el sentido común, nosotros, como adultos; tampoco estamos diseñados para comer absolutamente de todo, va en función de nuestra tolerancia, metabolismo y objetivos.

 

  1. Esperar que los niños acepten y les guste todo lo que cocinan en casa: La alimentación, aunque juega un papel importantísimo en la salud, también va en función de los gustos de las personas, especialmente si son niños entre 3 – 7 años. Los gustos de los niños pueden ir cambiando a medida que van evolucionando, experimentando y desarrollando otro tipo de habilidades. Y esto, es algo más común de lo que parece.

 

Para muchos suele ser un problema que los niños (por cuestión de gustos) no acepten la comida que cocinan en casa, y acaban por ofrecer comida procesada como solución temporal. El problema con esto es que esas soluciones temporales se vuelven permanentes. Así que lo mejor es entender cómo van cambiando los gustos de los niños, no forzar a que coman o prueben, simplemente ofrecer y tratar que la experiencia a la hora de comer sea divertida, placentera y en armonía.

  1. Comparar entre hermanos: Este es un error bastante común, esperar que entre hermanos haya similitudes a la hora de comer. Muchas veces, como papás caemos en el juego de comparar cómo está comiendo el hermano mayor con relación al hermano menor y viceversa y no debería ser así. Cada niño tiene un metabolismo completamente diferente, al igual que gustos, experiencias, desarrollo sensorial, relación con los alimentos, apetito, necesidades biológicas y mucho más.

 

  1. Esperar que los niños se terminen todo lo que hay en el plato: Hay algo bien importante que, como papá o mamá, siempre debes tener en cuenta: “Lo que para ti es mucho, puede ser que para tu hijo es muy poco y lo que para tu hijo es mucho puede ser que para ti sea muy poco…”

 

Así que cuidado con esto la próxima vez que le sirvas la comida en el plato :)

 

Partiendo de esto, vemos a muchos papás en consulta preocupados porque sus hijos comen muy poco o comen mucho en función de su percepción y de lo que están viendo en el plato, pero antes de emitir conclusiones vale mucho la pena aprender a conocer cómo es el apetito, las necesidades y objetivos de cada niño. Si de cantidades hablamos, hay etapas en la vida de un niño en la que comen mucho más de lo que usualmente comen y hay otras etapas en las que no quieren comer nada, pero su evolución está de maravilla. Esto tiene muchísima relación con los famosos picos de crecimiento. Generalmente cuando están creciendo es cuando necesitan más combustible y buscan comer más.

 

  1. Esperar que el niño cambie su alimentación por sí solo: Si para nosotros como adultos es un poco difícil cambiar hábitos y comer diferente para mejorar nuestra salud, para un niño lo es muchísimo más, así que no podemos pretender o esperar a que los niños acepten todos los cambios de la noche a la mañana. 

 

Este camino de aprendizaje es algo que se va construyendo día a día y va para ambas vías:
papás – hijos. Por eso es importante empezar por uno mismo y dejar que el resto de los resultados positivos vengan por pura añadidura. Entre más normalices una situación en casa, más normal será para los niños. En otras palabras, entre más normalices el hecho de comer saludable o de llevar hábitos sanos en casa, más normal será para tu hijo poder aceptarlo, adaptarse y aplicarlo.