Una de las más famosas recomendaciones que tenemos a la luz del día, es que debemos usar protector solar. Si sí, protector solar como parte de nuestro “skin care” (o rutina del cuidado de la piel) aún si no salimos de casa, protector solar antes del maquillaje, protector solar si vamos a dar una caminata pequeña a media mañana, si vamos a la playa, o solo por si acaso… ¡debemos usar protector solar!
El afán hacia el uso de protectores solares, radica en el concepto que siempre nos han vendido, que el sol causa cáncer y que la exposición constante al sol es el principal problema de la mayoría de las enfermedades de la piel.
¿Cuál es el problema con los protectores solares?
El SPF - Sun Protection Factor o Factor de Protección Solar en español (es un índice que “en teoría” mide el tiempo en el que el producto evitará que la piel se queme al estar expuesta a los rayos UVB) aplica a los rayos UVB y no a los UVA; por lo que si buscamos protección a través de un protector solar, debería ser una cuya protección sea de amplio espectro, cosa que no sucede con la gran mayoría de protectores solares, además cabe mencionar que su protección no es ni será nunca en un 100%. Sin embargo, ya veremos más adelante otras razones por las cuales no deberíamos usarlos.
Recientes pruebas, demuestran que muchos protectores solares “exageran” su SPF en la etiqueta, en 24 de los 73 productos evaluados su SPF era menor del que indicaba, de tal manera que si la etiqueta tiene SPF 30, posiblemente solo proporcione SPF 15. Un estudio por el médico JAMA Dermatology, publicado el año pasado, encontró que casi de la mitad de los protectores solares mejor evaluados no cumplía con los estándares de la Academia Americana de Dermatología. De igual manera, otro análisis realizado por Consumer Reports a inicio de este año, encontró que muchos protectores solares no cumplían con su SPF 40, sino menos del que indicaba.
Por otro lado, la mayoría de los ingredientes contenidos en los protectores solares son tóxicos, representando un riesgo para la salud y desarrollo cerebral. La investigación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, demuestra que el 96% de la población de Estados Unidos tiene oxibenzona en el cuerpo. Oxibenzona es un disruptor endocrino que se relaciona con un menor conteo de espermatozoides en hombres y endometriosis en mujeres. La fuente principal de Oxibenzona son los protectores solares. De igual manera, 9 de los ingredientes de los protectores solares que han sido aprobados por la FDA de los Estados Unidos, interrumpen la función endocrina y alteran el ambiente hormonal. Entre ellos: parabenos, fenilbencimidazol, dioxibenzona, antralinato de metilo, homosalato, octocrileno, metoxicinamato de octilo, ácido para-aminobenzoico, octisalato, entre otros.
Otro aspecto bien importante por mencionar, para que la exposición al sol sea realmente efectiva, el sol debería tocar nuestra piel, de hecho; no deberíamos estar cubiertos con mucha ropa a la hora de buscar exposición al sol. Si aplicamos cualquier tipo de crema, loción o incluso estos protectores solares; estaremos impidiendo que haya absorción directa de vitamina D a través de esa barrera “física” y la absorción a la vitamina D es una de las principales razones por las cuales procuramos siempre la exposición al sol. De ahí podríamos decir que los protectores solares también contribuyen en cierta parte con la deficiencia de Vitamina D.
Si no hay absorción de vitamina D o lo que es equivalente a deficiencia de vitamina D, hay mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como resistencia a la insulina, diabetes, cardiopatías, insomnio, osteoporosis, enfermedades que surgen con procesos inflamatorios, incluso cáncer y muchas otras más complicaciones en la salud, estado de ánimo y ritmos circadianos alterados.
Según una revisión clínica publicada el año pasado en el diario de la Asociación Americana de Osteopatía, el uso excesivo de bloqueadores solares es una de las razones por las que la deficiencia de vitamina D se ha extendido tanto. Alrededor de mil millones de personas en todo el mundo tienen niveles inferiores a 30 ng/mL de vitamina D. El coautor Dr. Kim Pfotenhaure, declaró: "Las personas pasan menos tiempo al aire libre y cuando salen, generalmente utilizan bloqueador solar, lo que se anula la capacidad en su cuerpo para producir vitamina D”
Si bien es cierto, existe la suplementación de Vitamina D; pero nunca será para nada igual a cuando estamos expuestos de forma directa al sol. Más allá de la absorción de vitamina D, son muchos otros beneficios los que también obtenemos. Por ejemplo:
Referencias: