¡O al menos eso es lo que nos dice la mayoría de los protocolos actuales! “Esperar hasta que los niños cumplan 2 años de edad, para ofrecer alimentos o productos con azúcar”
Quienes ya nos siguen de hace tiempo, saben que esta recomendación debería quedarse ahí, en papel y no en la realidad. Así que dos cosas importantes:
Partiendo de esto, no podemos vivir dentro de una burbuja pretendiendo que los niños nunca probarán azúcar. La probarán, es un hecho; aún sin nuestra autorización lo harán, pero eso no significa que como cuidadores debemos promoverlo, aplaudirlo y seguir esas recomendaciones generales que buscan todo menos cuidar nuestra salud y longevidad.
El efecto que el azúcar añadido de los productos causa, es tan grave tanto en adultos, como en niños mayores y bebés. Los azúcares añadidos son azúcares y jarabes que se agregan a los productos alimenticios durante su procesamiento para mejorar sabor y reducir costos de materia prima. Estamos claros que un producto sin ese dulcito atractivo jamás vendería de la misma forma que lo hace un producto con sabor muy potenciado y agradable al paladar ¿cierto?
Con los niños y bebés debemos tener mucho cuidado con esto. Si a una persona adulta que es consciente de sus decisiones y acciones le es muy fácil adaptarse y engancharse al sabor dulce, para un bebé que todavía no puede decidir por el mismo, es muchísimo más fácil aún, no sólo adaptarse al sabor dulce, sino crear adicción y dependencia desde temprana edad.
Los primeros 24 meses del bebé, es una edad crítica; porque es cuando necesitan nutrientes y calorías de calidad. Su cuerpo, órganos y funciones metabólicas están terminando de formarse, por lo que, ofrecer productos procesados con azúcar añadidos aportan prácticamente nada bueno y mucho malo.
Ofrecer alimentos con azúcares añadidos a los bebés es realmente problemático porque comen cantidades muy pequeñas de alimentos, la alimentación suele tener sus altos y bajos y no es conveniente que lo poco que comen no aporte nada nutricionalmente hablando. En otras palabras, si los bebés comen productos procesados o alimentos con azúcar añadido tendrán menos capacidad gástrica y ganas para consumir alimentos realmente nutritivos o densos en nutrientes.
Desde casa, debemos tomar acciones que promuevan el consumo de alimentos reales, alimentos densos en nutrientes o alimentos ancestrales. Debemos también, normalizar el hecho de llevar una vida libre de azúcar. Diciéndolo de otra manera, si para nosotros como cuidadores o padres es normal vivir una vida sin azúcar, para nuestros hijos también lo será y no seremos los “bichos raros” para terceras personas.
Por aquí dejamos algunos consejos que te pueden ayudar en esta batalla contra el azúcar:
Y lo más importante, una vez empieces en este camino, no hay vuelta atrás. Seguramente mientras andas, encontrarás muchos obstáculos a tu alrededor, pero ten en cuenta que todas las acciones valen la pena con tal que los pequeños no caigan en esa dependencia y adicción al azúcar.
Que tu meta no sea lograr que durante los dos primeros años tu hijo no coma azúcar, sino que cada día de su vida aprenda a decirle no al azúcar de forma definitiva y duradera.
Referencia:
Bodnar L. 2023. Why kids shouldn’t eat added sugar before they turn 2. https://www.theepochtimes.com/