¿Cuántos años quieres vivir?

newsletter Feb 10, 2025

En un mundo donde las enfermedades modernas han ido en aumento, la verdadera pregunta no es cuánto tiempo viviremos, sino cómo asegurarnos de dos cosas muy sencillas: llevar una vida libre de enfermedades modernas y mantener una buena calidad de vida, energía y bienestar.

 

La longevidad no se limita a la genética, está profundamente influenciada por el estilo de vida, la nutrición y la conexión con el entorno natural, entre muchas otras cosas más. De hecho, pequeños ajustes en nuestra alimentación, hábitos y rutinas diarias pueden marcar la diferencia entre un envejecimiento acelerado y una vida plena y saludable y con más años por delante.

 

Las características son comunes, personas que vemos ahora mismo que han alcanzado 100 años de vida; afirman que entre sus hábitos saludables no cenaban o cenaban muy temprano, tenían un buen sueño y cuidaban su alimentación. Además de eso, hay un factor importante y clave: antes no había tanta exposición a pantallas (TV, computadoras, tablets, teléfonos, etc) y tampoco existía la gran variedad de productos ultra procesados que tenemos hoy en día.

 

Así que la respuesta es clara, si queremos vivir más y mejor, debemos rescatar todos esos hábitos ancestrales y adaptarlos a este mundo moderno. Lo bueno de todo, es que muchos de esos hábitos han venido a nosotros de forma gratuita como un regalo de la naturaleza.

 

  1. Mantener un estado de cetosis, nos permite mantener un metabolismo sano. Cetosis es el estado con el que todos nacemos y es el que nos ayuda a alejar las enfermedades también. Para lograrlo, hay varias vías, una de ellas: alimentación cetogénica o carnívora. En otras palabras, una alimentación baja o muy baja en carbohidratos nos ayuda a llegar a ese estado “perfecto” con el que nacimos. Este enfoque no solo optimiza la energía celular, sino que también protege contra enfermedades neurodegenerativas, regula el peso corporal y reduce la inflamación crónica, un factor clave en el envejecimiento.

 

  1. La exposición diaria al sol, proporciona niveles óptimos de vitamina D, una hormona vital para la función inmunológica, la salud ósea y la longevidad. Esto, es lo que siempre nos dicen sobre el sol ¿cierto? Pero además de eso, la luz solar, especialmente en las primeras horas del día, sincroniza nuestros ritmos circadianos y con eso logramos un ciclo de sueño optimizado, así como los procesos regenerativos del cuerpo. Si queremos sanar alguna enfermedad, debemos exponernos al sol. Ver amanecer y atardecer son claves también.

 

  1. Un buen ciclo de sueño regulado ayuda a que las células se regeneran y los niveles hormonales se equilibren, así como también es clave si lo que buscas es tener un peso sano o incluso bajar de peso. Adoptar una rutina de sueño que respete los ritmos circadianos y minimizar la exposición a la luz azul por la noche son estrategias fundamentales para prolongar la vida saludable. ¡Dormir nos hace vivir más!

¿Te imaginas despertar cada día con energía, sin dolores crónicos, y con una mente tan ágil como cuando eras más joven? Este sueño no es inalcanzable; es una realidad que miles de personas ya están viviendo al implementar estas prácticas en su vida diaria. 

  1. Grounding, o conexión a tierra, es otro pilar importantísimo. Restaura el equilibrio eléctrico del cuerpo, reduce la inflamación y nos “sintoniza” de nuevo para que nuestras células funcionen bien. Caminar con pies descalzos en la tierra es una de las prácticas más antiguas, gratuitas y con grandes beneficios a la salud.

 

  1. Cuidar el electromagnetismo en nuestra vida diaria, es un factor determinante cuando buscamos la salud general, el bienestar y la longevidad. Entre más expuestos estamos a la frecuencias electromagnéticas “sucias”, a las pantallas (televisión, tablet, teléfono, computadora, etc.) y a todo tipo de “conexión” innecesaria, más rapido envejecemos.La exposición constante a dispositivos electrónicos y redes inalámbricas genera una sobrecarga de radiación electromagnética que puede interrumpir nuestros patrones de sueño, alterar la función celular y contribuir al estrés crónico. 

 

  1. Complementando este aspecto, la terapia de luz roja ha ganado popularidad por su capacidad para estimular la producción de colágeno, mejorar la función mitocondrial y reducir el estrés oxidativo, todo lo cual retrasa los signos visibles y funcionales del envejecimiento.



Es hora de transformar nuestra forma de vivir. Adopta una alimentación rica en grasas saludables y baja en carbohidratos, prioriza alimentos naturales y elimina los procesados. Exponte al sol cada mañana y considera la terapia de luz roja para mejorar tu salud celular. Reduce tu exposición a dispositivos electrónicos antes de dormir, camina descalzo sobre la tierra y asegura que tu sueño sea profundo y reparador. Estos cambios no solo te acercarán a la longevidad, sino que te permitirán vivir con bienestar, energía y salud.

 

La longevidad no es un privilegio exclusivo; es una elección consciente que empieza con cada hábito que adoptamos. Apuesta por ti mismo hoy y disfruta de los frutos de una vida más larga y plena mañana.