Jamás fue más fácil dejar de comer azúcar si tenemos a nuestra disposición múltiples opciones de edulcorantes que, de igual forma, le darán ese sabor dulcito a la comida… ¿Cierto?
Si de dejar de comer azúcar hablamos, debemos resaltar dos cosas importantes:
Partiendo de este punto, si buscamos dejar de consumir azúcar, debemos también hacer a un lado todos aquellos alimentos o productos que generen ese sabor dulce en nuestro paladar, de lo contrario seguiremos dejando abierta una puerta que nos hará buscar más de lo mismo. En otras palabras, vale mucho la pena dejar de consumir azúcar, alimentos o productos que tengan azúcar añadido y todo aquello que genere sabor dulce en nuestro paladar. Al menos, mientras dejamos la adicción o dependencia al azúcar.
Dejar atrás la adicción al azúcar es un trabajo que requiere paciencia, constancia y disciplina. De hecho, nos atrevemos a decir que no es nada fácil para muchos. Por lo que si seguimos haciendo uso de edulcorantes mientras estamos dejando atrás la adicción al azúcar, dejarla será incluso mucho más difícil.
Actualmente, las opciones son ilimitadas. El hecho de tener a nuestro alcance múltiples opciones de edulcorantes para cocinar y comer, sin agregar “calorías extras”, hace que nuestro cerebro tenga más aceptación para dejar el azúcar. Tristemente se está viendo a la par, cierto abuso por dicho producto. Y ahí es donde está el principal problema.
Hoy, rescatamos un artículo publicado recientemente sobre el Neotamo… ¿Lo conoces?
El neotamo, es un endulzante artificial con una estructura química muy similar al aspartamo, de hecho, se desarrolló como una alternativa a éste, y suele enumerarse en las etiquetas de ingredientes como: E961. Es un ingrediente muy común en bebidas, salsas, dulces, comidas saladas y chicles.
A pesar de que se conocen sus efectos negativos, se espera que para finales de 2025 su valor en el mercado global alcanzará los 3 mil millones de dólares. El equipo de la Universidad Anglia Ruskin en Cambridge, Inglaterra, descubrió que el neotamo representa una amenaza grave para la salud del intestino, al dañar las bacterias intestinales.
El estudio in vitro involucró modelos del revestimiento intestinal y bacterias intestinales para identificar los efectos de la exposición al neotamo. El neotamo no solo mató las células intestinales, sino que también dañó las bacterias que viven en el intestino. El daño al epitelio intestinal disminuyó cuando los investigadores redujeron la expresión de un receptor del gusto específico, lo que sugiere que el impacto del neotamo podría producirse a través de las vías de percepción del gusto. Según un comunicado de prensa de la Universidad Anglia Ruskin: "Este estudio es el primero en demostrar que el neotamo puede provocar que bacterias intestinales sanas se enfermen e invadan la pared intestinal, lo que podría causar problemas de salud, como síndrome del intestino irritable y sepsis, y también romper la barrera epitelial, que forma parte de la pared intestinal".
En experimentos con bacterias intestinales, el neotamo estimuló la formación de biopelículas dañinas, lo que redujo aún más la viabilidad del revestimiento intestinal y provocó que las bacterias E. coli y E. faecalis se adhirieran con mayor facilidad e invadieran las células intestinales.
Según Havovi Chichger, autor del estudio y profesor asociado de ciencias biomédicas en la Universidad Anglia Ruskin: “Cuando las bacterias forman una biopelícula, implementan un mecanismo de protección que consiste en agruparse y eso las hace más resistentes a los antibióticos. Nuestro estudio también demuestra que el neotamo incrementa la capacidad de la E. coli para invadir y matar las células intestinales humanas”.
Además afirmó lo siguiente: "Incluso, cuando analizamos el neotamo en concentraciones muy bajas (10 veces menores que el consumo diario aceptable), rompió la barrera intestinal y provocó que las bacterias invadieran las células intestinales sanas hasta matarlas. Además, estos efectos negativos incrementan el riesgo de la enfermedad del intestino irritable y la sepsis".
Otras investigaciones descubrieron que la sacarina, la sucralosa y el aspartamo, pueden causar un daño similar en el intestino. Como explicó Havovi Chichger:
"En la actualidad, las personas son más conscientes del daño que causa los endulzantes como la sacarina, la sucralosa y el aspartamo, y nuestro trabajo previo demuestra los problemas que pueden causar en la pared del intestino y en las 'bacterias buenas' que viven en nuestro intestino. Si las bacterias terminan en el torrente sanguíneo, se pueden producir muchos problemas de salud, incluyendo diarrea, inflamación intestinal e incluso infecciones como septicemia. Por lo tanto, es muy importante evaluar estos endulzantes nuevos, que es justo lo que hicimos, y nuestra investigación demuestra que el neotamo causa problemas similares, incluyendo la enfermedad de las bacterias intestinales. Es fundamental considerar el impacto de estos cambios patógenos que ocurren en el microbioma intestinal. Nuestros hallazgos también demuestran la necesidad de analizar más a fondo los aditivos alimentarios comunes, así como los mecanismos moleculares que influyen en sus efectos negativos en la salud".
Para tener una buena salud, cuidar el intestino es fundamental, y esto incluye evitar endulzantes artificiales de este tipo. Otro estudio, que se publicó en la revista Molecules, descubrió que muchos de los endulzantes artificiales que la Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó y clasificó como seguros, dañan el ADN e interfieren con la actividad normal y saludable de las bacterias intestinales.
Algunos de estos endulzantes artificiales son los siguientes: Aspartamo, Sucralosa, Sacarina, Neotamo, Advantame, Acesulfamo de potasio-k. Los investigadores concluyeron que todos estos endulzantes "tenían un efecto tóxico y estresante, lo que afectó el crecimiento y la reproducción de los microbios del intestino", y este efecto podría, a su vez, afectar la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar regular y otros carbohidratos.
Aquí algunos de los daños que causó cada uno de estos endulzantes artificiales:
Muchos piensan que consumir endulzantes artificiales en lugar de azúcar es algo que favorece la salud, pero no es así, sino todo lo contrario. Un estudio de cohorte poblacional que se publicó en la revista PLOS Medicine en 2022, en el que participaron 102,865 adultos, demostró que los endulzantes artificiales, sobre todo el aspartamo y el acesulfamo-K, se relacionan con un mayor riesgo de cáncer, incluyendo cáncer de mama y otros tipos de cáncer que se relacionan con la obesidad.
Referencia:
Mercola. 2024. Revise las etiquetas y evite este endulzante artificial: es más dañino que el aspartamo. https://www.tomecontroldesalud.com