Aspartamo… ¿Solución o problema?

newsletter Oct 09, 2023

Si hablamos de edulcorantes, seguramente has escuchado sobre el aspartamo antes. Es un edulcorante artificial que ha sido utilizado desde la década de 1980, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y hoy en día podemos encontrarlo en miles de productos muy conocidos como refrescos o sodas, bebidas energéticas, jugos, chicles, yogur, cereales de desayuno, barritas, edulcorantes de mesa, pastas dentales y muchos otros productos procesados más, especialmente aquellos que encontramos bajo los etiquetados como “light”

 

Durante años, el aspartamo ha sido una opción bastante recomendada y no precisamente por su seguridad, sino por ser el más comercializado y no aportar calorías en la dieta diaria. De hecho, es incluso también bastante consumido por población susceptible como niños y mujeres embarazadas. Nos han hecho creer que edulcorantes como este, le hacen un favor a nuestra salud al desplazar el azúcar, pero… ¿A qué costo? ¿Será en realidad una solución efectiva a la hora de ahorrarnos esas calorías, bajar de peso o dejar atrás la adicción al azúcar?

 

Veamos qué pasa…

 

Cuando buscamos no consumir azúcar, debemos tener claro dos cosas: 

Por un lado; es dejar de meterle a nuestro cuerpo una sustancia que altera niveles de insulina, hormonas y funcionamiento de nuestros sistemas, entre otros. Y por otro lado, es dejar de acostumbrar a nuestro paladar a que siempre reciba el sabor a dulce. 

¡Estamos contemplando una vía errónea! Ya que pretendemos dejar de comer azúcar, pero al mismo tiempo queremos ese “Sweet taste” o sabor a dulce en nuestro paladar.

Triste, pero cierto. La falta de educación y de regulación de productos procesados, nos hace seguir dependiendo de edulcorantes artificiales. 

 

Al consumir productos que tienen aspartamo, éste se descompone en ácido aspártico, fenilalanina (un precursor de los neurotransmisores monoamina) y metanol, lo que a su vez afecta a los neurotransmisores, la dopamina, la norepinefrina y la serotonina, que regulan las actividades neurofisiológicas. Por lo que puede tener efectos "potentes" en el sistema nervioso central, según investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida. De hecho, el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) relacionó el consumo de aspartamo con la ansiedad, además de encontrar cambios en la salud mental.

 

Si hablamos de ansiedad, hay muchos factores en juego. La alimentación es uno de ellos, como también lo son las dietas hipocalóricas, la deficiencia de nutrientes y el consumo de productos procesados, no solamente por su sabor; sino por los ingredientes y químicos que contienen. 

Se estima que los trastornos de ansiedad afectan al 31.1% de los adultos estadounidenses (casi uno de cada tres)

 

La neurotoxicidad del aspartamo viene siendo estudiada de años. Un estudio de 2017 publicado en Nutritional Neuroscience señaló posibles síntomas neurofisiológicos que podrían estar relacionados con el consumo de aspartamo, entre ellos: ansiedad, dolor de cabeza o migraña, depresión, insomnio, cambios en el estado de ánimo.

 

El equipo de investigación describió el aspartame como un "factor químico estresante" que puede elevar el cortisol, aumentando la producción de radicales libres. Se cree que niveles altos de cortisol en combinación con exceso de radicales libres, aumentan el riesgo al estrés oxidativo, promoviendo efectos en la salud.

 

Por otro lado, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios de la Organización Mundial de la Salud, han publicado también sobre los efectos del aspartamo, clasificándolo como posible cancerígeno para los seres humanos. A pesar de que seguirán dando seguimiento sobre nueva evidencia al respecto, es una alarma más de las muchas que cada vez están saliendo a la luz.

 

Los edulcorantes no son la solución, en muchos casos; son el problema:

  1. No ayudan a bajar de peso. Esto no significa entonces que hay puerta libre para seguir consumiendo azúcar. Pero si de bajar de peso hablamos, hay factores más importantes de los que depende nuestro peso como ritmos circadianos y exposición al sol.
  2. Los edulcorantes no revierten enfermedades. De hecho, si buscamos revertir una enfermedad, hay que empezar por determinar cuál o cuáles fueron los factores que nos llevaron a ella. Está claro que el común denominador es la adicción al azúcar.
  3. Si buscamos dejar atrás una adicción al azúcar, los edulcorantes artificiales únicamente seguirán alimentando en nuestro paladar el sabor a dulce, volviéndoos aún más dependientes de ello.

 

Referencias: