5 estrategias que pueden ayudar a un niño a NO depender del azúcar

newsletter Oct 10, 2024
 

El azúcar causa adicción y dependencia en todos los que la consumen, sin importar edad, etapa de la vida, ni género. Por eso, si de niños hablamos, nuestra recomendación siempre va enfocada en tratar de retrasar lo más que se pueda su consumo. 

Es un hecho que vivimos en un mundo en el que cada vez es más difícil huir de la publicidad, sobre todo de productos ultra procesados especialmente dirigidos a niños. Así que no se trata de escondernos eternamente dentro de una habitación, la clave está en saber qué hacer cuando nos “exponemos” a todo lo que hay allá fuera. 

Una de las inquietudes bastante comunes en la mayoría de los papás (si no es que en todos) es, cómo hacer para que su hijo no dependa del azúcar. Generalmente los niños y niñas en edad pre-escolar empiezan a sentir ese “gustito” por el dulce. Compartir comida de las loncheras en la guardería o en la escuela y los cumpleaños suelen ser dos escenarios perfectos para que los niños coman de todo, especialmente productos y bebidas ultra procesadas cargadas de colorantes y azúcar. 

Así que, ante esa pregunta, la respuesta más corta y fácil sería: “la mejor manera para que un niño no dependa del azúcar es enseñándole a que no la consuma”, pero como sabemos que esa no siempre suele ser la situación, aquí hemos elaborado 5 estrategias claves que ayudan a que un niño deje de depender del azúcar.

  1. El desayuno nunca debería ser a base de carbohidratos: Si la primera comida del día es a base de carbohidratos o de cereales procesados, lo más seguro es que unas cuantas horas después, los niños quieran comer más de lo mismo (azúcar) o quieran comer más. 

Eso es precisamente una de las cosas que hacen los carbohidratos como primer alimento en la primera hora del día. Un desayuno debería ser a base de proteína y grasas, y de ofrecer algún carbohidrato como fruta, por ejemplo, hacerlo después de que se coma la proteína.

  1. Los niños deberían hacer su desayuno en casa: Especialmente niños que van a guarderías o a escuelas, es bastante común que el desayuno lo lleven en la lonchera. Esto es algo que debería evitarse lo más que se pueda. 

Cualquier persona, especialmente los niños, deberían hacer el desayuno unos cuantos minutos después de despertarse, o bien, con relación a la hora que amanece o que sale el sol. Esto ayuda grandemente al buen funcionamiento de hormonas, por ejemplo. De igual manera, si los niños desayunan en la escuela, que es más o menos unas dos horas luego de haberse despertado, el riesgo a que se mantengan con hambre o ganas de dulce por el día es mayor. Ten en mente esto: el cuerpo siempre pide en el día lo que no le fue dado en su momento. Y si de nutrientes hablamos, esto clave para que el resto del día vaya bien.

  1. Cuida los alimentos y productos que llevas a casa: Muchas veces la solución está más cerca de lo que parece. Los alimentos o productos que se mantienen en nuestra despensa o refrigerador suelen ayudar o contribuir con el problema. Así que, si de adicciones o dependencias hablamos, no lleves a casa todo aquello que no quieres que tu hijo consuma.
  2. Prioriza alimentos densos en nutrientes: No es lo mismo alimentos que contienen muchas calorías a alimentos que tienen una alta densidad nutricional, o que tienen buena calidad y cantidad de nutrientes en otras palabras. Esto es clave para que los niños se mantengan siempre saciados y que la ansiedad por comer cosas dulces no ataque durante todo el día. Ejemplo de estos alimentos: carne, huevo y pescado.

Nuestra recomendación es que en cada tiempo de comida siempre incluyas alguna fuente de proteína animal y otra fuente de grasa. Y, como lo mencionamos anteriormente, si ofreces algún tipo de carbohidrato, hazlo siempre hasta el final de la comida.

  1. Buena exposición al sol: El sol ayuda en muchos procesos, sino es que en la mayoría. Procesos hormonales y metabólicos y para mantener un buen ciclo de sueño. Niño que duerme bien en cantidad y calidad, podrá controlar de una mejor manera su ingesta de alimentos. O dicho de otra forma, no dependerá de cantidades industriales de productos procesados para mantenerse en estado de actividad.

La buena producción y regulación de hormonas, gracias a la exposición de luz solar, ayuda a un buen crecimiento, a mantener ritmos circadianos sanos, a mejorar nuestro apetito y saciedad. Así que procura que tu hijo siempre se exponga al sol, y si es posible, enséñale a ver amanecer y atardecer también.