El azúcar causa adicción y dependencia en todos los que la consumen, sin importar edad, etapa de la vida, ni género. Por eso, si de niños hablamos, nuestra recomendación siempre va enfocada en tratar de retrasar lo más que se pueda su consumo.
Es un hecho que vivimos en un mundo en el que cada vez es más difícil huir de la publicidad, sobre todo de productos ultra procesados especialmente dirigidos a niños. Así que no se trata de escondernos eternamente dentro de una habitación, la clave está en saber qué hacer cuando nos “exponemos” a todo lo que hay allá fuera.
Una de las inquietudes bastante comunes en la mayoría de los papás (si no es que en todos) es, cómo hacer para que su hijo no dependa del azúcar. Generalmente los niños y niñas en edad pre-escolar empiezan a sentir ese “gustito” por el dulce. Compartir comida de las loncheras en la guardería o en la escuela y los cumpleaños suelen ser dos escenarios perfectos para que los niños coman de todo, especialmente productos y bebidas ultra procesadas cargadas de colorantes y azúcar.
Así que, ante esa pregunta, la respuesta más corta y fácil sería: “la mejor manera para que un niño no dependa del azúcar es enseñándole a que no la consuma”, pero como sabemos que esa no siempre suele ser la situación, aquí hemos elaborado 5 estrategias claves que ayudan a que un niño deje de depender del azúcar.
Eso es precisamente una de las cosas que hacen los carbohidratos como primer alimento en la primera hora del día. Un desayuno debería ser a base de proteína y grasas, y de ofrecer algún carbohidrato como fruta, por ejemplo, hacerlo después de que se coma la proteína.
Cualquier persona, especialmente los niños, deberían hacer el desayuno unos cuantos minutos después de despertarse, o bien, con relación a la hora que amanece o que sale el sol. Esto ayuda grandemente al buen funcionamiento de hormonas, por ejemplo. De igual manera, si los niños desayunan en la escuela, que es más o menos unas dos horas luego de haberse despertado, el riesgo a que se mantengan con hambre o ganas de dulce por el día es mayor. Ten en mente esto: el cuerpo siempre pide en el día lo que no le fue dado en su momento. Y si de nutrientes hablamos, esto clave para que el resto del día vaya bien.
Nuestra recomendación es que en cada tiempo de comida siempre incluyas alguna fuente de proteína animal y otra fuente de grasa. Y, como lo mencionamos anteriormente, si ofreces algún tipo de carbohidrato, hazlo siempre hasta el final de la comida.
La buena producción y regulación de hormonas, gracias a la exposición de luz solar, ayuda a un buen crecimiento, a mantener ritmos circadianos sanos, a mejorar nuestro apetito y saciedad. Así que procura que tu hijo siempre se exponga al sol, y si es posible, enséñale a ver amanecer y atardecer también.